Si Chile no depone las barreras contra la carne y el azúcar bolivianos, poco interés habrá en el vecino país en concretar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Chile.

Al menos así lo planteó el presidente de la Confederación de Empresarios de Bolivia, Carlos Calvo, quien agregó que hay mejores expectativas en la salida, por un puerto chileno, de las reservas de gas natural de su país.

Es más, desestimó la oposición popular y el tremendo costo político para el actual Gobierno de dar este paso en medio de temas históricos aún no resueltos. Aseguró que peores consecuencias traería desaprovechar una vía para el desarrollo boliviano.

En este contexto de integración, Calvo declaró que el sector privado que representa, está atento a la concesión del puerto de Arica. Opinó que no hay objeciones a priori, siempre y cuando se respete los tratados y se mantenga la eficiencia operativa.

El dirigente hizo estas declaraciones luego de participar, el jueves y viernes, en la I Cumbre Internacional de Estudiantes, Académicos y Empresarios ligados a Escuelas y Carreras de Ingeniería Comercial y Administración de Empresas (IngeCongress), organizada por la Universidad de Tarapacá.

Carne y azúcar

P.- En estos momentos se desarrollan las negociaciones para el TLC con Chile, ¿al sector privado de Bolivia qué ámbitos les interesa que se toque?

R.- Debemos recordar que hay un desequilibrio bastante grande en el flujo comercial entre nuestros dos países, grandemente favorable a Chile. Algo que no deja de ser irritante es que una gran parte de esos productos ingresan por la vía del contrabando.

En ese sentido, analizando la realidad boliviana, no hay muchos productos que se pueda introducir verdaderamente a Chile. Nuestras exportaciones están dirigidas a otro tipo de mercados.

Hay dos en particular. Uno es la carne, pero es un producto que, si bien requiere de altos niveles de sanidad, sobre todo frente a la aftosa, lamentablemente el tema de la aftosa también es, con mucha frecuencia, usado en otros países del mundo como una barrera para-arancelaria. Eso nos tiene preocupados.

En segundo lugar, el otro producto es el azúcar. Ahora, hemos escuchado en el Congreso la importancia y la convicción de Chile de decir: estamos dispuestos a abrir nuestros mercados, pero pedimos también que nos abran otros mercados a nosotros.

Esa es la posición boliviana. Por lo que vengo escuchando, aquí se rompe la consistencia del discurso. Va a ser muy difícil, si no imposible abrir mercado chileno para el azúcar boliviana. Si eso es así, va a ser una frustración más.

A mí, francamente, me preocupa, porque comprendo la realidad de la región, la inquietud que hay para beneficiarse más del desarrollo y el sentimiento de abandono que hay frente al centralismo. De repente, se abre esta ventana de oportunidades con Bolivia y se ha generado una gran expectativa.

Yo creo que no va a pasar mucho, lamento decirlo, peor aún si, en los dos rubros que son importantes para entusiasmar a Bolivia, la carne y el azúcar, no hay una fluidez.

P.- ¿Cómo podría solucionarse el problema de contrabando que afecta a su frontera?

R.- Creo que no es un tema tan difícil de resolver si sólo hay una verdadera alianza estratégica, un acuerdo de consenso entre las autoridades de aduana de un lado y del otro. Pero si uno tiene un embudo donde, por un lado, hay un corredor estrecho, y luego se pierde el control, es imposible. Es cuestión de voluntad, no es cuestión de grandes inversiones.

Gasoducto por Chile

Si bien Calvo no está optimista con el TLC, sí cree que hay una buena posibilidad para el norte chileno en la salida del gas boliviano, hacia Estados Unidos, a traves de la costa pacífica.

"Estamos hablando de un proyecto muy grande, que en su totalidad va a significar 5 mil ó 6 mil millones de dólares. Eso sí se va a hacer y todo da a indicar que por lógica sería por Chile, posiblemente por el puerto de Patillos (Iquique)" comentó.

P.- Hay razones técnicas y económicas que avalan una decisión así, ¿pero qué pasa con la oposición de organizaciones civiles bolivianas al respecto?

R.- Nadie puede negar que tenemos problemas históricos no resueltos que, en el caso de Bolivia, son sumamente sensibles. Para ponerlo en términos muy prácticos, este es un proyecto de imperiosa necesidad desde un punto de vista económico para Bolivia. No puede darse el lujo de no hacerlo. Para hacerlo, debe ser a través de Chile. La aspiración de Bolivia es decir: si ahora hay una manija de la cual nos podemos arreglar, utilicémosla para conseguir hasta donde podamos las mejores condiciones de negociación con Chile. De eso se trata, palabras más o menos. En eso estamos.

P.- ¿El actual gobierno de Bolivia está dispuesto a asumir el tremendo costo político?

R.- El costo político para el gobierno actual va a ser más grande si no se convierten esos depósitos de gas que están bajo tierra (en riqueza). Estamos hablando de un valor eventual de 60 mil millones de dólares, imagínese el costo político de sumir a un país en su pobreza, cuando tiene esa posibilidad. Aquí es cuestión de evaluación. Es decir, si el costo político de supuestamente hacer algo para beneficiar a Chile, ¿y el costo político de no convertir esos recursos para el desarrollo de Bolivia?

P.- ¿Qué le parece la postura de la izquierda boliviana respecto a que el gas debería ser estatal y para beneficio de su pueblo?

R.- Son dos posiciones distintas. Uno es el argumento en qué medida estos recursos deben ser utilizados dentro de la nación, no exportados, en otras palabras. La capacidad de utilizar esos recursos dentro de Bolivia frente a los que tenemos, es de 1 por ciento.

El otro tema es en qué medida y por qué esos recursos están en manos privadas y sobre todo de transnacionales. Una vez más, hace 6 años teníamos 5 trillones de pies cúbicos de reservas. No teníamos la capacidad para explorar más. Hoy, tenemos 10 veces eso y por eso nos han pagado, las empresas han capitalizado. No son recursos de nuestra propiedad, sin embargo con el mecanismo de privatización que hemos utilizado en Bolivia, hemos capitalizado las empresas. Entonces, en unos casos, sí somos 50 por ciento dueños o, en general, va a haber un beneficio en términos de exportación, de ingreso de divisas para el país y de impuestos y regalías.

Es un problema inevitablemente humano. Cuando uno va al casino y pierde y pierde y finalmente apuesta 10 y le sale el color y el número, uno dice: qué barbaridad, debí haber apostado 20. Es legítimo el debate político, lo importante es que trabajemos en función del desarrollo de nuestros países.

Concesión de puerto

P.- ¿Qué le ha parecido a su organización el anuncio de privatizar la administración del puerto?

R.- Creo que, al final, lo importante es, por un lado, que triunfe el criterio de eficiencia y competitividad. Una vez más, volviendo a los temas sensibles históricos que están de por medio, hay ciertos convenios de funcionamiento de los puertos. En la medida que se mantengan y se respeten esos convenios y si eso viene acompañado de mayor eficiencia, eso es lo importante.

P.- ¿Han conversado el tema con su Cancillería? ¿Van a estar atentos al proceso?

R.- Sí. Obviamente, es algo de muchísima importancia porque es, en muchas medidas, nuestra salida al mundo a través del océano.
 
Fuente: La Estrella de Arica