Sólo cinco meses de trabajo hicieron falta para que una dupla atípica consiguiera desplazar a Mejillones como la mejor alternativa para exportar el gas natural descubierto en Tarija, Bolivia, hacia la costa de California.

Porque si el 2001 la opción era Mejillones o el puerto peruano de Ilo, ahora los ejecutivos del Consorcio a cargo del proyecto aseguran que éste sólo es rentable y competitivo si se hace por el puerto de Patillos, en la I Región.

Hace cinco meses el alcalde de Iquique, Jorge Soria, llamó a José Yuraszeck, presidente de Sal Punta de Lobos, empresa de la I Región y uno de los 10 mayores productores de sal del mundo.

El edil estaba preocupado. Veía que todo estaba jugado para que fuera Mejillones, en la II Región, el punto elegido para embarcar el gas boliviano y concretar un negocio que en total implicaba una inversión superior a los US$5 mil millones. De hecho, el gobierno de Lagos había hecho el 2001 una silenciosa negociación que consideraba entregar en comodato por 100 años a Bolivia una franja de tierra en la zona, para que la inversión se hiciera en Chile. Esto, en vista de que si bien el negocio estaba adjudicado al consorcio Pacific LNG -British Gas y Repsol YPF-, éste le dio al gobierno de La Paz una opción de evaluar el puerto de salida, en vista de la mediterraneidad de Bolivia.

Así es que el "Choro" Soria, como se le conoce por su estilo algo arrebatado y efectista, se propuso revertir la situación. Había conversado antes con algunas empresas norteamericanas y sabía que la bahía de Patillos, a 56 kilómetros al sur de Iquique, era una alternativa potencialmente atractiva para los inversionistas y que podía competir con Mejillones. Pero el puerto ubicado en esa zona estaba concesionado a la empresa de Yuraszeck, recuerda hoy el propio Soria. Así que una vez que el empresario estuvo al otro lado del teléfono, le hizo una pregunta directa:

"¿Estaría dispuesto a vender su puerto y cambiarse de sitio si es que no hubiera otra opción para sacar el gas en la región?".R "Ningún problema. Sólo necesito que me den tiempo para adecuarme al nuevo escenario", fue la respuesta de Yuraszeck.

Apoyo logístico

"Creemos que para la región es muy bueno que el gas salga por acá, porque va a atraer empleo a una zona deprimida", dice hoy el empresario para explicar las razones de su respuesta a Soria. Para Yuraszeck, sin embargo, el apoyo es más que altruismos. De concretarse la iniciativa por Patillos, signicaría para él una importante fuente de nuevos negocios, particularmente en el área petroquímica.

Desde ese día surgió una alianza por conveniencia donde cada uno ha sabido mover sus piezas: Jorge Soria como el principal promotor del puerto de Patillos y José Yuraszeck como uno de los más relevantes soportes técnicos del alcalde.

Aunque Soria prefiere decir que Yuraszeck, a través de su empresa Sal Punta de Lobos, ha sido un "apoyo logístico", el empresario reconoce que su compañía ha entregado la mayoría de los estudios sobre la bahía de Patillos que Soria utiliza para difundir las bondades del proyecto.

"En el tema del gasoducto en cuanto tal no he tenido ninguna participación. Sí he ayudado al alcalde Soria, que es quien ha liderado la promoción de Patillos como puerto de salida del gas de Tarija", explica Yuraszeck. "Le hemos entregado todos los estudios sobre Patillos, las batimetrías para conocer la profundidad de la bahía, las mareas, los viento y él después se las entrega a quien quiera", agrega.

En todo caso, el empresario afirma que su labor no ha ido más allá de eso. El lobby y los contactos en Bolivia y con el consorcio han corrido por cuenta de Soria.

Más que David contra Goliat

La estrategia de ambos terminó por desplazar a Mejillones, y eso que detrás de este puerto estaba todo el respaldo del gobierno, que ya en tiempos de Frei Ruiz-Tagle en la presidencia y Lagos en el Ministerio de Obras Públicas decidió potenciar a Mejillones como el megapuerto nacional.

En este contexto tenía sentido que el gas boliviano saliera también por allí. Pero en la práctica Mejillones sigue contando sólo con un cliente, la estatal Codelco, compañía que además es uno de sus principales accionistas.

En su intento por promover algún puerto nortino propuso, además de Patillos, el más sureño Patache y al propio puerto de Iquique, su ciudad, Soria hizo de todo. Incluso publicó una insólita inserción en los diarios que con mapa en mano mostraba que Patillos estaba más cerca de Tarija que Mejillones. "Mágicamente los mapas que había utilizado Bolivia para evaluar sus opciones para sacar el gas mostraban que Tarija estaba frente a Mejillones, II Región, cuando está frente a Patillos, en la I Región", cuenta Soria.

Así que unió la información de batimetrías de la armada más la específica aportada por Sal Punta de Lobos y decidió traer a la zona a todo aquel que pudiera influir en favor de un puerto de la I Región, principalmente inversionistas, tarijanos, por algo el gas está en su departamento y periodistas. Y en cada uno de estos viajes, "Sal Punta de Lobos ha sido casa abierta para nosotros", asegura Soria. Así, mientras la empresa se ha transformado en el centro de operaciones de cada uno de esos tour, Punta de Lobos ha ido evaluando los potenciales negocios que podría abordar si se materializa el proyecto.

El propio Soria recuerda que en una de las primeras visitas de grupos de prensa boliviana a la zona, organizados por el municipio, periodistas preguntaron qué se hace, además, con el gas. "Al día siguiente en la visita a Sal Punta de Lobos, el gerente general ya estaba exponiendo sobre las posibilidades de construir una planta petroquímica. Allí dio la noticia", cuenta Soria.

Todos ganan

"Hemos invertido, aunque no mucho, en evaluar qué se puede hacer si el gas llega a Patillos. Y como nosotros entregamos sal a complejos petroquímicos en el mundo, vimos que ese era un negocio posible", explica Yuraszeck. Es que "la llegada del gas permitiría construir una planta generadora de electricidad y contar con energía barata", añade.

Porque son los que más conocen la bahía, Sal Punta de Lobos también ha aportado antecedentes para el estudio de impacto ambiental que deberá presental Bechtel, la empresa que se adjudicó la construcción del ducto desde Tarija al Pacífico.

Cambio de planes

Estaban en esta ajetreada agenda cuando el cambio de mando en Bolivia retrasó la decisión del puerto. El resultado fue que Pacific LNG perdió la exclusividad de abastecer a Sempra Energy, en la costa de California. Por lo mismo, el puerto dejó de ser un tema discutible para el Consorcio.

Aunque hay quienes aseguran que siempre se supo que el gas debía salir por Chile y no por Perú, por ser más rentable, el consorcio estuvo dispuesto a acordar de común acuerdo el tema con el gobierno de La Paz. Pero ahora que ya no tiene exclusividad con Sempra, deberá competir con otros cuatro proyectos que quieren llegar con su gas desde otros países. Por lo tanto, el primero que llegue y al mejor precio será el ganador. Así, la mayor distancia que existe entre Tarija y Perú hace inviable la opción, que es US$ 700 millones más cara que por Chile, según datos de ejecutivos de LNG. En tanto, Patrillos implica US$ 150 millones menos que Mejillones, según la misma fuente.

Así las cosas, los privados han reconocido que su opción hoy es Patillos. Y con esa idea en mente están trabajando. Yuraszeck, de hecho, cuenta que a fines de julio fue contactado por un ejecutivo del consorcio Pacific LNG para ver la disponibilidad de que Empremar, empresa naviera de propiedad de Punta de Lobos, prestara servicios de arrastre durante el proceso de construcción del puerto gasífero y de la planta de licuefacción que se requiere para transportar el gas en estado líquido vía barco.

Así que opciones de negocios si el gas sale por Patillos le sobran a Yuraszeck. "Hace unos meses atrás no teníamos posibilidades de sacar el gas de Bolivia por un puerto de la I Región. Ahora, o se hace por Patillos o no se hace. Eso es lo que le ha dicho la gente del Consorcio al alcalde Soria", dice Yuraszeck con tranquilidad, pero claramente satisfecho por los negocios que se le abren. Salvo que el gobierno de La Paz diga otra cosa o a nivel político se le imponga otra opción al consorcio.

Agua y aceite

Una de las primeras gestiones de José Yuraszeck como presidente de Sal Punta de Lobos, empresa que adquirió junto a sus socios de Prospecta y la estadounidense Citigroup el año pasado, fue visitar al alcalde de Iquique, Jorge Soria, en su casa. "Soy un empresario nuevo en la región y voy a defender los intereses de la zona, así que cuente conmigo", fue su presentación.
Entonces quedó sellado el pacto de apoyo entre dos personajes claramente distintos. El primero es un ejecutivo que se transformó en empresario. Formó el holding Enersis que luego vendió a Endesa España a precio de oro, aunque con fuertes críticas de sus pares y militante de la UDI.

El segundo es un alcalde socialista que llegó a la Municipalidad de Iquique con la vuelta de la democracia en la lista del Partido Comunista y que es una de las personalidades más carismáticas de la I Región, aunque reconocido por su estilo no siempre ortodoxo.

De hecho, el año pasado cuando interrumpió en un salón en el que estaba el Presidente Lagos para enrostrarle que estaba dejando morir a Iquique en su afán por privilegiar a Mejillones.

Fuente: El Mercurio de Santiago