La situación de las pesqueras en el norte está que arde. Luego de varias semanas de discusiones con la autoridad, las firmas aún no encuentran una respuesta a su petición de que este año se eleven las cuotas de captura de jurel en esa zona, ante la disminución en torno a 20% que ha tenido la anchoveta, principal recurso de las regiones Primera y Segunda, y cuya escasez ya provocó la paralización de varias unidades productivas.

Corpesca -controlada por el grupo Angelini y donde también participa la familia Lecaros Menéndez- y Camanchaca -de propiedad de los empresarios Francisco Cifuentes y Jorge Fernández-, son las dos compañías que manejan instalaciones en estas regiones, donde producen harina y aceite de pescado. Su petición -apoyada por los trabajadores, tripulantes y algunos pesqueros artesanales- ha provocado el rechazo de las pesqueras del sur -reunidas en Asipes-, que ven en un aumento en las cuotas, una amenaza global para el recurso, ya que implica aprobar que se capture este recurso bajo la talla mínima permitida, de 26 centímetros. Explican que el ciclo del jurel se inicia con la etapa juvenil en el norte, para pasar a una maduración en el sur, cuando están aptos para la pesca.

Esa visión no es compartida por los industriales que operan en Iquique y Antofagasta. “La cuota 2006 de jurel para el norte no es compatible con la gran abundancia de esta especie y la menor disponibilidad de anchoveta. Este último recurso también ha estado restringido en Perú lo que explica el alto precio de la harina y aceite de pescado”, comentó un ejecutivo.

El conflicto

Desde que se originó el conflicto, hace poco más de un mes, ha tenido varias evoluciones. Por un lado, las empresas nortinas intentaron negociar un apoyo con los industriales del sur, lo que finalmente no prosperó. De hecho, hace unos quince días se reunieron altos ejecutivos de Corpesca y Camanchaca con representantes de Asipes, y tras no lograr un consenso decidieron echar pié atrás en el apoyo, para no dañar la convivencia de estas mismas empresas en el sur, donde también tienen fábricas.

Pero el asunto no quedó ahí, pues tras la ola de despidos que comenzó a darse en el norte, los tripulantes, artesanales y trabajadores iniciaron con mayor agresión diversas manifestaciones y actos de protesta en las principales ciudades, presionando para que el gobierno entregue unas 100.000 toneladas adicionales, las que luego rebajaron a 50.000.

La versión entregada por dirigentes sindicales del norte afirma que el ministerio de Economía estuvo a punto de ceder en cuanto a ampliar esta cuota, principalmente porque el gobierno no está dispuesto a soportar un nuevo conflicto social, tras salir de las críticas que significó el movimiento estudiantil. De hecho, según el presidente del sindicato de tripulantes de naves pesqueras, Armando Aillapán, en la intención del gobierno de aplacar las movilizaciones incluso se ofrecieron pagos para que se depusieran estas actividades, junto a varios otros beneficios, lo que no prosperó.

El aumento de cuota

La subsecretaría de Pesca es la encargada de presentar al Consejo Nacional de Pesca -organismo que integran representantes del sector público y privado- una propuesta en torno al tema. Este organismo sesionará esta semana en un día aún por definir, y según Aillapán, existe un consenso inicial para que se apruebe un incremento de 50.000 toneladas adicionales de jurel a las poco más de 120.000 autorizadas hoy.

Esto permitiría que las empresas puedan salir en busca de anchoveta sin temor a pescar jureles por sobre lo autorizado actualmente, ya que estos últimos habitualmente se encuentran en las mismas zonas de pesca.

No obstante, un aumento de cuota no es la solución final al conflicto. Lo que buscan las compañías es básicamente separar las asignaciones de cuotas entre el norte y sur del país. “De no tomarse medidas a la brevedad que apunten a separar el manejo de ambas regiones, el horizonte para las pesqueras de la zona norte para el año 2007 es que sólo podrán operar los tres o cuatro primeros meses del año y luego deberán paralizar totalmente sus actividades”, sostuvo el subgerente de investigación pesquera de Corpesca, José Cañón.

Adicional a esta separación, los tripulantes quieren que se modifique la composición del Consejo Nacional de Pesca, donde de los 21 consejeros sólo tres corresponde a la zona norte. Para ello ya están conversando con algunos parlamentarios.

El origen del problema en el jurel

El problema actual que presenta la pesquería del jurel se deriva de las distintas posiciones sobre su biomasa. De hecho, existe consenso en que el estado de conocimiento de esta especie es muy limitado, en especial en lo que se refiere a ciclos migratorios, pues no existen muchos estudios sobre el tema.

Todo partió a raíz de una caída en los desembarques de jurel en la zona sur del país, donde los industriales de esa zona promovieron una reforma de la Ley de Pesca y se instauró para esa región el sistema de Límite Máximo de Captura por armador, que significó la fijación de cuotas globales de capturas. Si bien esta norma no aplicaba en un principio a la zona norte, dos años más tarde fue incorporada. Así, actualmente la cuota global de captura de jurel se fija con un criterio único para todo Chile, con un 90% para el sur y el 10% restante para el norte.

Según las empresas que operan en el norte, actualmente existe un aumento en la disponibilidad de este recurso en esa zona y dado que la cuota es en un porcentaje mínimo en relación a la del sur, se copa rápidamente. “Al completarse la cuota de jurel en el norte y dado el hecho real de que esta especie aparece mezclada con la anchoveta, que es gran recurso de la zona norte, la actividad pesquera debe suspenderse”, sostuvo el subgerente de investigación pesquera de Corpesca, José Cañón.

El problema, según otros actores de la industria, es que la talla de los jureles en el norte, por su condición juvenil, es menor a los 26 centímetros que establece la ley para que los peces que están en condiciones de ser capturados. Esto no es compartido por las empresas del norte, que no ven como un peligro que se extraigan peces inferiores a esa tamaño, dada su abundante biomasa.

Fuente: El Diario