Promete ser activo el 2008 en materia portuaria. A las ya anunciadas licitaciones de los puertos de Coquimbo, del espigón de Valparaíso y del terminal granelero de San Antonio para este ejercicio, se suma ahora la decisión del directorio de la Empresa Portuaria San Antonio de emprender el proceso para concesionar a privados el frente Costanera, el tercero más grande de la zona central, que en el plan maestro de la firma considera una inversión estimada en US$250 millones.

Con el reinicio de estas licitaciones -que retoman el proceso desarrollado en los gobiernos de Frei y Lagos, y que significó el traspaso a privados de varios de los sitios de los puertos de Valparaíso, San Antonio, San Vicente, Arica, Iquique y Antofagasta- quedaría atrás, al menos por ahora, la polémica suspensión del Puerto de Talcahuano, que incluso implicó la renuncia de tres de los directores del puerto, incluido su presidente, y la especulación de que el gobierno detendría indefinidamente la segunda ola de privatizaciones portuarias.

Hoy en manos públicas están parte de los puertos de la Quinta Región, además de Talcahuano, Puerto Montt, Chacabuco y Punta Arenas.

"El Estado decidió hace años que no tiene ni la capacidad ni los recursos para invertir en la cantidad que requieren tanto el equipamiento como la infraestructura de los puertos estatales. Falta terminar ese traspaso desde el sistema multioperador con administración estatal al monoperador concesionado a privados, y eso debe iniciarse ahora, con tiempo", afirma el presidente de la Empresa Portuaria de San Antonio, Patricio Arrau.

-¿Por qué es necesario el traspaso a privados?

-San Antonio está muy congestionado en graneles y por eso iniciamos el proceso de licitación del sitio 9 del terminal granelero, que esperamos concluir en el primer semestre de este año para agregar un millón de toneladas de capacidad de transferencia. Hoy se mueven 4,5 millones de graneles y seguirá creciendo fuerte.

Por eso, requeriremos más capacidad e infraestructura para atender la expansión futura. Hay 500 mil toneladas de granos que el grupo Panul podría traer a San Antonio y no puede hacerlo por falta de capacidad, y hay otras 500 mil toneladas que podrían llegar por las plantas de cemento de BíoBío y San Juan. Además está la demanda de contenedores que viene creciendo fuerte y que en 3 o 4 años más requiere de nueva infraestructura.

-¿Y cómo se resuelve ese déficit?

-Nuestro plan maestro considera la construcción del frente Costanera, con 1.000 mil metros lineales más 350 laterales, una profundidad de 15 metros y una inversión estimada de US$250 millones que aumentará muy significativamente nuestra capacidad de transferencia por varios años.

Es algo que debemos abordar con tiempo y para eso nuestro directorio decidió la semana pasada iniciar el proceso de licitación del espigón, lo que significa que de aquí a marzo o abril tendremos el banco de inversión y los estudios de diseño y estructurales, de modo de estar listos para tomar la decisión definitiva a mediados de año.

-¿La idea es realizar la licitación de todas maneras en 2008?

-Durante el primer semestre vamos a tomar una decisión exacta de si vamos a licitar a fines de 2008 o en 2009, pero claramente es un proceso de cierta urgencia para estar a tiempo con la infraestructura que necesita el puerto. Son inversiones que requieren un año de estudios y unos dos de construcción, de modo que estamos en el momento adecuado para empezar a tomar las decisiones.

Además, hay un tema de mapa estructural de la Quinta Región, que debe resolverse en forma simultánea en Valparaíso y San Antonio.

-¿Una cierta coordinación en los tiempos de licitación?

-No necesariamente hay que licitar en forma simultánea, pero sí creo que, como los grandes actores portuarios toman posiciones de muy largo plazo, es necesario que exista un mapa completo del año 2008. Es difícil concebir una licitación en Valparaíso sin tener claro el plan de obras de San Antonio.

-¿Han detectado interés de inversionistas privados?

-Hay mucho interés de grandes actores nacionales e internacionales. Un tema que debe definirse es la participación del concesionario en San Antonio (STI, del grupo Claro), ya que si quiere postular a esta licitación tendrá que solicitarnos pedir al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia levantar la restricción horizontal en el puerto.

Es importante destacar que en San Antonio tenemos también mucho interés de los mismos trabajadores que operan en el espigón de que se avance en este proceso. Hace un par de semanas realizaron una manifestación pidiéndolo, porque entienden que es una forma de evitar el deterioro de su fuente de trabajo.

Utilización del 53% como promedio en el año

-¿A cuánto asciende la inversión que deberían realizar los privados?

-Esas son materias que deberán definirse en los estudios este semestre, pero estimamos que el terminal Costanera requiere inversiones por cerca de US$250 millones sólo en infraestructura. Pero más que una inversión en un plazo determinado lo que se adjudica el privado es el derecho a realizar la expansión en el tiempo que estime necesario.

En todo caso, hoy nuestro espigón tiene un calado de 9,4 metros de profundidad y ya está quedando obsoleto, pues el 73,5% de las naves que llegan al puerto tienen un calado de diseño mayor, lo que implica una serie de problemas de logística e ineficiencias en la operación. Además, estamos con una utilización del 53% como promedio en el año y de 60% en octubre y noviembre, en circunstancias que una utilización cercana al 50% es considerada óptima. Con más, hay que programar infraestructura adicional.

-¿Cuánto podría crecer el Puerto de San Antonio?

-Se duplicaría la capacidad de transferencia de la operación estatal. Como todo, hoy el puerto carga unas 12 millones de toneladas anuales, versus las 9 millones de Valparaíso, y tiene un potencial de expansión muy importante hacia el sector sur del terminal, donde la empresa portuaria cerró un acuerdo con Bienes Nacionales para adquirir 70 hectáreas.

San Antonio es la gran reserva de expansión portuaria para Chile en el mediano y largo plazo, a diferencia de otros puertos que están ahogados por la ciudad. Tenemos capacidad de expansión para los próximos 50 años. 

Fuente: La Segunda